lunes, 23 de enero de 2012

BAILANDO LA NOCHE SIN TIEMPO (De Otros poemas)



Ayer se nos murió el tiempo, Seba.
Y el ayer
se colgó en las cuerdas
del baño equivocado.
Se rajó el cuello
con un cuchillo de humo azul
inexistente:            el mañana.

Ayer se nos murió el tiempo
y salimos a la calle
con las costillas del sueño en la mano.
Muchas veces corrimos.
Muchas veces reímos.
Muchas veces vivimos.
Muchas veces creímos,
ingenuamente,
que los atardeceres más hermosos
eran aquellos que estallaban en los techos de Maipú
y que el peso de los días
sería favorable para quienes cantaran,    
CANTARAN
Engañaran y engendraran la costilla
con un canto.

No fue así,
crecimos y vivimos la vida de los vivos.
Crecimos y morimos la muerte de los muertos.
No hubo mitos ni creencias
que adorar
bajo las patas de ningún Santo latinoamericano.
No hubo metafísica alguna
en ninguna
maldita línea del tren:
El Lar estaba demasiado lejos, aniquilado.

Los nuevos ricos
y los nuevos pobres
no tenían ni un rastro,
ni un mísero tufo,
ni un hálito
de esas viejas sabidurías
que ayudaron al tiempo a renovarse,
que hacían seguir
la escalera libre
de los ritos,
del espíritu,
del pecho abierto.
La antigua luz del nuevo gesto universal.

Ayer se nos murió el tiempo
y se nos murió
arriba del oráculo pesimista.
Se nos murió el tiempo
entre las babas de un discurso moribundo.
Se nos murió el tiempo
en una lucha de clases invisible a los que perdiéndola
iban
y va     mos.

Se nos murió
y de cabeza fuimos a parar
junto a la inhóspita oficina.
Redondos.
Abyectos.
Desparramados.
Sangramos las cunetas
de una miserable ciudad perdida.
Ajiados.
Perdidos.
Macabros.
Caímos encima de la trampa
sin saberlo siquiera.
Borrachos
Oblicuos..
Olvidados.
Lloramos las botellas
infelices  
del lugar que nunca fue.

Se nos murió el tiempo
y quedamos flotando
amarrados a la última piedra deste valle.
Sin ayeres ni mañanas.
Sin mañanas ni ayeres.
Con la lengua afuera y desnudos
Dejamos los ojos crucificados
en el limbo.
Bailando la noche sin tiempo
comprendimos lo trágico de nuestra condena:
nos mataron el tiempo
sin avisarnos que aún nos quedaba el espacio.
Sin ayeres ni mañanas
supimos el mensaje:
Hoy la vida es eterna.
Hoy el canto debe seguir entre las piernas.
La vida sin tiempo es vida
la vida sin tiempo es un presente infinito más allá del tiempo.

Nos mataron el tiempo, Seba.
Pero nos dejaron vivos.
Vivitos y coleando
arriba de esta eterna piedra universal.
Y vivos  como quedamos
bailamos la noche sin tiempo.

Vivos como quedamos
la Muerte quiso danzar      /         nosotros la rechazamos.