I
en el asiento de adelante.
Le gusta la escena.
Le hace creer que está inmerso
en otro valle de valores,
que su pueblo no es mojigato.
Que no vive en Chile
y que tampoco sabe en qué país.
Pero
ahí está,
sentado
en esa microseparado de este infierno por un vidrio
que más encima está apiedrado en su centro ocular.
Trisado como el siglo XX de este país
País Esquizofrénico
con la Memoria metida en un callejón lleno de ratas
pero con su quintaesencia no olvidada.
Levantada hacia ningún Señor.
II
Se
quiebra un vidrio
y
cada pedazo rotoescenifica en su pulpa
el Vía Crucis popular:
Sentado vamos pasándola.
Metro de Santiago: habitáculo en el cual
las pupilas se aletargan en silencio.
Con tus
agujeros negros
clavados en los míos
me conformo.
III
Se pudrió la brújula
y los versos quedaron huérfanos.
Se arrancó la imagen que los aglutinaba.
La Vieja que los cuidaba.
No
hay banda, no hay ritmo posible.Yo tampoco sé hacia donde.
Maldita
incertidumbre.
Malditos
griegos y su constante pregunta por el Logos.Maldita zozobra.
Maldito sistema de transporte.
Ser un Vagabundo del Dharma
y comenzar a crear con la mochila puesta.
imprecar la época
ladrar en la oscuridad de
dos postes chocando en la misma esquina de siempre.
IV
Cuando el mundo
tira para abajo
es mejor no
estar atado a nada…
V
.: . Quiero un
sol / que no me acuerde de ti .:.
VII
…Yo
estoy flotando en el mismo mar de nunca.
Ya pronto llegaré.
Ya pronto
llegaré.